Una de las fábulas de Esopo cuenta que un cuervo sediento se las ingenió para introducir piedras en un recipiente que contenía agua, para que su nivel aumentase, y así poder sofocar su sed. Un grupo de investigadores del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck en Leipzig (Alemania) parece haberse inspirado de esta historia y ha sometido a un grupo de gorilas y chimpancés a una prueba parecida.
Los investigadores introdujeron un cacahuete en un tubo de cristal vertical que contenía una pequeña cantidad de agua. El tubo estaba sujeto a una caja para que los primates no pudiesen moverlo ni romperlo. Además, instalaron un dispensador de agua.
La idea era que los animales llenasen su boca de agua y después la escupiesen dentro del tubo. De esta forma, el nivel del agua aumentaría y obtendrían el cacahuete.Y así lo hicieron.
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